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A BMW ya no le gusta conducir: quiere que sus clientes del futuro sean meros pasajeros

  • Cristina Fausto by
  • 4 mar 2016
  • 2 Min. de lectura

A poco de que cumpla un siglo construyendo lo que llama "la máquina de conducir definitiva", BMW parece haber visto que el futuro de la movilidad está lejos de lo que viene haciendo durante los últimos cien años. Por ello, planea volcarse en la conducción autónoma en busca de que sus clientes del futuro no sean más que meros pasajeros.

Este 7 de marzo, la compañía bávara celebra el centenario de su fundación como empresa de fabricación de motores de avión. Todavía tardaría una década en pasarse a la producción de automóviles, pero pronto a partir de esa fecha se convertiría en uno de los grandes referentes mundiales en el sector.

Pero solo unos días antes de celebrar el primer siglo de vida, la marca homóloga que representa la primera fuente de ingresos del grupo BMW apunta a un futuro que se aleja del "¿Te gusta conducir?" que reza su eslogan publicitario.

Klaus Froehlich, miembro de la junta de investigación y desarrollo de BMW, describe los planes para una empresa completamente revisada, donde la mitad del personal de I + D serán programadores informáticos, compitiendo con el trabajo de tecnológicas como Google para construir el cerebro de los coches de conducción autónoma. "Para mí es una competencia básica de cara a tener el coche más inteligente", aseguraba ayer en una entrevista a Reuters en el Salón del Automóvil de Ginebra.

BMW se ha percatado de la cada vez mayor presencia de "nuevos intermediarios", como describe Froehlich a esas empresas procedentes del mundo de las tecnológicas, como por ejemplo Uber, que amenazan con restar clientes al negocio sustentado en la propiedad de un automóvil. "Nuestra tarea es preservar nuestro modelo de negocio sin renunciar a ser un actor de Internet", explica Froehlich.

Pero BMW tendrá que moverse rápidamente, negociando con una nueva red de proveedores, muchos de ellos ajenos a la industria del automóvil tradicional. "Hemos de ponernos al día en el área de aprendizaje de máquinas e inteligencia artificial", dijo Froehlich.

"En la industria automotriz la batalla no será entre caballos de potencia, sino con el derecho a presumir de que 'mi coche es más autónomos que su coche'", predice Manuela Papadopol, directora de marketing global de automoción para Elektrobit, una compañía de software ahora propiedad de Continental.

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